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Extraordinaria gastronomía
¿El pueblo más bonito de Andalucía? Es un alarde, pero Benahavís podría serlo. Ubicado a pocos kilómetros hacia el interior entre Estepona y San Pedro de Alcántara (Marbella), este pueblo pintoresco es considerado la capital gastronómica de la Costa del Sol, donde se encuentran algunos de los mejores restaurantes del sur de España.
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Hay tres zonas distintas en Benahavís, cada una de las cuales destaca por su propio encanto y carácter
¿Un clima fantástico? Afirmativo, eso es un hecho: Benahavís está en el corazón de la Costa del Sol y tiene más de 300 días de sol al año. ¿Un clásico pedazo de España que sea accesible y acogedor? Afirmativo: Benahavís está a solo siete kilómetros de Puerto Banús y a menos de una hora en coche del aeropuerto de Málaga, y tiene una pequeña población de extranjeros que se han integrado perfectamente.
Paisaje espectacular
¿Un destino que sea bonito y tranquilo a la vez? Afirmativo: la carretera de acceso a Benahavís nos lleva a dejar atrás la carretera de la costa y zigzaguear entre llanuras onduladas que se convierten constantemente en acantilados rocosos y luego en un profundo barranco.
El camino serpentea entre la cara escarpada del acantilado y el claro descenso hasta las frías aguas del río Guadalmina, antes de que la belleza encalada y dulce de Benahavís aparezca ante usted, escondida en el valle y maravillosamente presentada bajo la brillante luz del sol mediterráneo.
Hogar de una próspera comunidad de artesanos
Los alrededores son indudablemente inspiradores, ya que Benahavís es el hogar de una próspera comunidad de artesanos, principalmente pintores, alfareros y cocineros. Además de las galerías de arte y las tiendas de artesanía, Benahavís ofrece una brillante cartera de restaurantes, desde auténticas pizzerías hasta establecimientos de alta cocina, pasando por asadores y las omnipresentes tabernas de tapas. Cenar en Benahavís es un placer gastronómico, únicamente comparable con la emoción visceral de disfrutar de una cena al aire libre bajo un cielo repleto de estrellas en uno de los patios naturales más atractivos de Europa.
También forma parte del municipio de Benahavís La Zagaleta, considerada la urbanización residencial más exclusiva de Europa y situada en la carretera de Marbella a Ronda, en la antigua y opulenta urbanización de lujo del empresario saudí, traficante de armas y miembro de la sociedad marbellí Adnan Khashoggi.
Hoy en día, la privacidad de los residentes de La Zagaleta -e incluso de los veraneantes y huéspedes- está fuertemente custodiada, hasta el punto de que sus identidades rara vez trascienden el ámbito de los rumores no corroborados. Todo lo que se puede suponer es que incluyen la crème de la crème de la élite cultural, deportiva, política, empresarial y aristocrática de Europa.
Buenas vías de acceso a la Costa... y exclusividad extrema en La Zagaleta
Si busca vivienda en la Costa del Sol, comentar que existen tres zonas distintas en Benahavís, cada una de las cuales destaca por su propio encanto y carácter. La nueva periferia alberga modernos complejos de apartamentos, instalaciones deportivas, hoteles y parques; aquí es donde un creciente número de expatriados se está trasladando y aprovechando el rápido acceso a la costa. La mayoría de los bares, restaurantes, joyerías y galerías se encuentran en el corazón del pueblo.
La tercera zona es la antigua zona residencial, donde los habitantes españoles viven en medio de un terreno ondulado y calles tortuosas; una zona caracterizada por villas y casas adosadas muy bien cuidadas, jardines encantadores y unas vistas preciosas.
Actividades diurnas y placeres nocturnos
Cuando hay mucho que ver, también hay mucho que se puede perder. Conducir, que es un placer hacerlo por las serpenteantes carreteras de montaña que definen el caracter del 95% del interior de la Costa del Sol, debe evitarse cuando se está en Benahavís y sus alrededores. Si bien recorrer a pie las empinadas y estrechas calles del centro del pueblo tiene sentido, hay una razón más espectacular para renunciar a ir sobre ruedas al salir de Benahavís y dirigirse hacia la costa.
La belleza de Benahavís, encalada
A escasos 200 metros a lo largo de la carretera principal hay una abertura. Poco señalizado y con pendiente descendente, uno de los tesoros escondidos del pueblo se encuentra a unos 30 metros de profundidad. A lo largo del lecho del río, a los pies del valle del Río Guadalmina, se extienden enormes rocas, restos de algún desprendimiento de tierra o de algún temblor. Algunas rocas actúan como embalse, creando pozas profundas y cristalinas, mientras que otras adoptan la forma de trampolines orgánicos. Así que, pónganse su traje de baño, deje a los que tienen miedo a las alturas guardando las toallas en el borde de la hierba, y zambúllase en las refrescantes aguas que hay debajo.
Después de haber desterrado la imagen tranquila de Benahavís con ese salto gigante al abismo, hay más sorpresas. Los excursionistas disfrutarán de las oportunidades de subir o bajar a 360 grados, y a los golfistas les encantarán los clubes de los alrededores (Benahavís tiene el mayor número de campos de golf per cápita de todos los municipios de España).
Productos selectos en la disposición de los visitantes
Vida al estilo clásico europeo-continental
Si bien Benahavís puede carecer de un par de las comodidades de las que dispone en su casa, todas están a su alcance. El centro comercial Diana Park está a solo cinco minutos en coche, y otras necesidades clave como escuelas bilingües, hospitales, supermercados y tiendas de ropa están en Estepona, Marbella, lo que supone un práctico viaje de 15 minutos.
Como una especie de museo al aire libre, el jardín trasero y el comedor, todo en uno, Benahavís ofrece placeres incalculables al atardecer y durante toda la noche. La ausencia de una discoteca o de un bar ruidoso garantiza que el ambiente permanezca asentado en el sector «contento», donde residentes y turistas de todas las edades prestan su atención a los buenos vinos, a la buena comida y a la buena compañía. Además, ¿quién necesita música cuando el chasquido orquestal de miles de grillos en las colinas crea un telón de fondo operístico cada noche?
Cenar en Benahávis es un deleite gastronómico
Con el canto de los grillos compite el tintineo intermitente de la cubertería y el cristal, mientras cientos de comensales al aire libre acaban con sus comidas iluminados con el resplandor de las velas e impregnados de una sensación de apacible bienestar. La risa de los niños, energizada por el humor relajado de sus padres y los toques de queda poco estrictos a la hora de acostarse, se suma al ambiente mientras los camareros profesionales sirven, zigzaguean, charlan y bromean con su clientela. Es una escena clásica de la vida continental y es la que se desarrolla en Benahavís en el momento oportuno y todas las noches agradables del año. ¿Quién no querría ser partícipe de esto?
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