Conexión histórica con Julio César
La superficie exacta que cubre Manilva es difícil de definir: parte de terreno ondulado, parte de costa tortuosa que combina el clásico pueblo andaluz con el moderno destino turístico actual. Tradicionalmente, el pueblo creció gracias a la agricultura, y las colinas que lo rodean son terreno fértil que produce algunas de las mejores uvas que se encuentran en España.
El municipio de Manilva está situado en el extremo más occidental de la Costa del Sol, en el límite con la provincia de Cádiz. El pueblo es relativamente pequeño, a tres kilómetros tierra adentro de la costa; mientras que el centro turístico costero de Sabinillas es muy característico y está adyacente al puerto deportivo de La Duquesa.
Actividades diurnas y placeres nocturnos
Los Baños de la Hedionda (baños romanos) ,según se dice, una de las guaridas predilectas de Julio César, son un lugar excelente para darse un chapuzón a primera hora de la mañana. Diríjase unos kilómetros hacia el interior de Manilva (los baños en realidad se encuentran en el municipio de Casares, aunque su «propiedad» se encuentra en entredicho), pasando por una densa vegetación, desvíese ligeramente de la carretera, siga su instinto y seguro que los encontrará.
Las frescas aguas de la oscura piscina subterránea pueden parecer poco atractivas, pero no hay mejor manera de limpiar su piel del rico barro natural con el que se ha embadurnado minutos antes y que ha dejado cocer a pleno rendimiento bajo el sol abrasador. Estos baños son gratuitos, sencillos y divertidos para toda la familia, así como el mayor tesoro escondido de Manilva (o Casares).
Una vez tenga su piel fresca y suave, las cafeterías acogedoras que bordean las calles de Manilva sirven una deliciosa variedad de desayunos, tentempiés y bebidas tradicionales españolas, lo que los convierte en una visita obligada antes del mediodía.
Relajación en la playa
Después, la playa de Sabinillas es el lugar ideal para tomar el sol, relajarse bajo una sombrilla y almorzar en uno de los restaurantes que bordean el paseo marítimo. Luego, para concluir el día... una excursión a La Duquesa para conocer las boutiques, los yates, la buena gente y los gin tonics.
Las atracciones diurnas de Manilva son encantadoras y divertidas pero, al atardecer, la mayoría de los visitantes habrán regresado a casa. Los que se quedan, o los que están de vacaciones en el municipio, probablemente se dirigirán a los distintos bares, a veces estrafalarios, del paseo marítimo de Sabinillas o a los establecimientos más refinados del puerto deportivo de La Duquesa.
En la primera semana de septiembre, las famosas uvas moscatel de Manilva son honradas con su propia fiesta de la vendimia, que incluye pisadas de la uva, cantos, bailes y, por supuesto, una gran degustación de vino.
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