Ambiente festivo
La historia define Cártama, incluso en nuestros días. Su ubicación geográfica es una de las razones para ello, a unos 17 kilómetros al norte de Málaga en la cabecera del río Guadalhorce, un punto navegable en una cresta con excelentes vistas a ambos lados del valle. En resumen: el lugar perfecto para defenderse de los ataques.
Y se defendió. Desde fenicios a romanos, pasando por moros y visigodos, Cártama ha contribuido a dar forma a la historia de Andalucía, produciendo mármol y otras materias primas para los ejércitos y comerciantes actuales. Cada calle y cada edificio, al parecer, tiene una historia que contar.
Si es de esas semanas raras en la que no hay ningún tipo de festival o celebración festiva, las atractivas calles y plazas de Cártama son una maravilla para pasear y perderse en ellas. La Ermita de Nuestra Señora de los Remedios está situada en una colina y, además de las impresionantes vistas que hay sobre el valle, es algo más que un punto de atracción en sí mismo.
Fragancia de montaña
Otros atractivos a destacar son la Cruz del Humilladero (un vestigio romano del siglo II) y el castillo, que data del siglo X. Más allá de los límites del pueblo hay grandes extensiones de bosques y olivares, el Río Guadalhorce y la ciudad de Málaga, que se encuentra a poca distancia en coche. La vida nocturna de Cártama es más variada que la de muchos otros núcleos de población del interior, simplemente por el tamaño del pueblo (alrededor de 15.000 habitantes).
Están las típicas discotecas y los bares de música nocturna, si así lo prefiere o si tiene hijos adolescentes o veinteañeros, mientras que en el pueblo se puede disfrutar a un ritmo más lento, donde el fragante aire de la montaña se mezcla con los delicados aromas de los productos locales servidos en los restaurantes, creando un ambiente agradable.
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